Hace un rato llegué de Cartagena por el típico paseo de la Chile. Lo pasé demasiado bien, especialmente porque no iba con los típicos "amigos" ni gente con la cual había carreteado demasiado, solo con quienes me caían bien y al final fue lo mejor, porque a pesar de llevar uno tanto tiempo en la carrera se sigue sorprendiendo constantemente. Fue una cautivadora sensación de tranquilidad, casi de estabilidad que te genera esa playita casi mística, el reencuentro y la locura que siempe genera.
El día partió extraño, preocupado por el bus atrasadísimo y la gente que desertaba mientras pasaban los minutos, los ramos que dejaba botados y, en cierta forma, el partido de la UC. Un tipo como Carvallo es algo serio tácticamente, ordenado, con un esquema realmente idóneo para lo que tiene en el equipo. Pero lo más interesante (y complejo) es la mezcla especial que tiene en el centro del campo, especialmente en el lado de quite. Son 3 jugadores que cumplen muy bien su función y se entienden.
En primer lugar, Jorge Ormeño. El típico mediocentro cuya mayor virtud es el orden, alejado del nivel que poseen hombres como Melendez o Medel en Chile, pero rescatable para el fútbol nacional. Es lento, algo torpe, está viejo y le falta fútbol, pero es un emblema en su equipo y es sumamente cauteloso en su orden posicional, un tipo regular, digamos confiable.
Algo más adelantado juegan 2 hombres muy distintos. Por un lado está un gran acierto de Carvallo, Vásquez, porque es un jugador limitado pero, tal cual como Ormeño, es muy confiable en su posición. Y lo mejor es que actúa como el complemento del 3 cruzado, porque tiene salida, genera algo de fútbol, corretea y es más ágil. Por lo tanto ya hay 2 hombres confiables que se compenetran en una posición muy dificil de adaptar.
Pero finalmente, la UC posee un monstruo que acompaña a los anteriores: Gary Medel. Este jugador tiene técnica, orden posicional, agilidad, energía y demasiada garra, como para marcar a cualquiera (algo que también se ve mucho en Vidal y se agradece). Es el desahogo y la posibilidad ofensiva, un jugador clave y que en ocasiones puede llevarse el equipo al hombro. Simplemente un lujo para lo que se juega acá.
El problema está en el esquema. River con Simeone juega esencialmente por las bandas, nutriéndose siempre de hombres como Sánchez, Falcao, Rosales (adelantados), Abelairas, Fernandez o Buonarotte (más retrasados, el último más bien centralizado) que son en general rápidos y con buen trato al balón (bueno, Falcao es un jugadorazo y Alexis un crack). Es un buen equipo, pero le falta algo, porque como decía un amigo por ahí, River debe tener uno de los mejores planteles de Sudamérica y ni ahora como con Passarella le han sacado el mayor provecho. Parece un equipo que destaca, pero sigue en construcción para consagrarse a nivel internacional. Pero claramente hay que destacar algo: el punto más "débil" de los argentinos es el acierto cruzado, el mediocentro. Ponzio es un gran jugador, ordenadísimo y con salida, pero que está muy solo, porque Abelairas y Augusto Fernández son tipos de salida que preferencialmente desahogan hacia los rincones con jugadores movedizos, que apoyados por un Ortega ya viejo (pero que sigue siendo Ortega) o Abreu logran movilizar la pelota hacia el centro, aparte de las diagonales. Sencillamente es un equipo que concentra principalmente sus ataques por las bandas, con un delantero de área y pocos hombres al centro. Con una defensa estructurada, mayores problemas no han tenido.
Por lo tanto, un partido interesantísimo (que no podré ver, alguna vaca para FoxSports! xD) cuyo mayor atractivo es que lo mejor y peor de un equipo es exactamente lo peor y mejor del otro, respectivamente (centro-bandas). ¿Quién se llevará el triunfo? Es un partido bastante cerrado, pero cualquiera (excepto hinchas) pensarían que River lo haría.
Tengo un lapsus. Estoy medio quemado, algo lento y con recuerdos tangibles de la caña y la arena pegada en la piel, pero tengo ganas de escribir aun. Naturalmente no pensé todo eso en el bus (nunca tan weon, solo pensé un segundo en eso), porque me preocupaba más el calor de la playa, pasarlo bien en el bus, si había harta onda, si me llevaría bien con quienes me iba (que repito, es buena gente y me llevo re bien, pero no son amigazos) y en el eterno retorno al copete.
Pero bueno, todos esos rollos se iban cuando pensaba que la tranquilidad estaba generalmente en la estabilidad, en la regularidad. Porque para mi Cartagua siempre termina igual: una caña infernal en el bus apaciaguada por chelas de última hora, la mejor onda con quienes me fui (siempre increible con casi todos), terminar cuatico con la playa y con melancolía al entrar de vuelta a Santiago (no se sí tan exagerado como la idea de los viajes de Bolaño, pero algo hay). En general, un buen viaje.
Y bueno, ahí el nexo: Cartagua mantuvo sus encantos y mientras escribo esto Rosales les metió el 2-1 al minuto 89, quizás de forma injusta para el partido. ¿Suerte, errores tácticos? Seré más estúpido y pasional con esto, ya que creo que la UC se parece mucho a Cartagua, porque mientras en la playita siempre hay puntos que son inmutables desde mi perspectiva, la UC tiene otro esencial: arrugan. Y todo me queda claro, volviendo a la calma, mientras el hincha cruzado mastica su chela, quizás pensando si era por las bandas o por el centro. Yo, obviamente, prefiero el cartagua inmutable.
Saludos
¡Muere Seiya!
Hace 11 años